¿Cuándo empiezan a caminar los bebés?
La pregunta del millón… sobre todo cuando ves al hijo de tu amiga, tu prima o la vecina dando pasos como si nada y el tuyo todavía está feliz gateando por toda la casa. La verdad es que no hay una fecha mágica. Algunos bebés se animan a ponerse de pie antes de cumplir el año, otros se lo toman con muuucha calma y deciden caminar más tarde, y está perfecto. Cada peque tiene su propio ritmo, como cuando tú te levantas con energía un día y al siguiente no te mueve ni el café.
Hay un momento en la vida de todo padre en el que mirar al bebé es como observar a un pequeño explorador decidiendo si aventarse a conquistar el mundo… y ese momento suele ser cuando empiezan a caminar. Es una mezcla entre orgullo, susto y emoción absoluta. Y aunque todos sabemos que cada niño lleva su ritmo, igual uno siente esas cosquillitas de “¿y cuándo le tocará al mío?”.
Lo más común es que los bebés den sus primeros pasos entre los 12 y 15 meses, pero puede pasar antes o después sin que signifique nada malo. Algunos se lanzan a caminar a los 9 meses como si hubieran nacido listos para correr maratones, y otros prefieren tomarse su tiempo, gatear un poco más o moverse agarrados de los muebles como si fueran equilibristas profesionales.
Hay bebés que primero se ponen de pie en cualquier sitio: en el sofá, en el borde de la cuna, en la pierna del papá… y desde ahí empiezan a tantear el terreno. Ese es el famoso “cruising”, cuando caminan agarrados de todo lo que encuentran. Y ojo, es completamente normal que parezca que se van a caer cada dos segundos: en realidad están entrenando músculos, equilibrio y mucha, mucha coordinación.
Algo curioso es que algunos bebés deciden caminar sin haber gateado nunca. Y no, no es un requisito para nada. Hay quienes se deslizan sentados, quienes reptan como mini comando militar y quienes simplemente un día se levantan y dicen: listo, hoy camino. Cada estilo es válido, y cada uno forma parte de ese proceso tan único e irrepetible.
Eso sí, lo que sí ayuda un montón es darles espacio y libertad para moverse. Menos andadores, más piso. Menos “¡cuidado!” y más “aquí estoy por si te caes”. Al final, ellos aprenden experimentando, y uno aprende a soltar un poquito y confiar en que esos pasitos inestables son parte del camino.
Y cuando por fin dan ese primer paso solito… ¡ay, eso no se olvida! Es el inicio de una etapa nueva, más movida, más caótica y más divertida. Porque una vez que empiezan, ya no hay vuelta atrás: prepárate para perseguirlos por toda la casa. Pero también prepárate para celebrar cada pequeño avance como si fuera un gol en la final del mundo.
Así que tranquila mami, tu peque caminará, y lo hará a su modo y en su momento. Y cuando dé ese primer pasito… te prometo que el corazón te va a explotar un poquito. 💛
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